¿Qué es Coaching? (Parte 1)

Hace unos días, en un grupo privado de Facebook que cuenta con casi 100 mil miembros y que está relacionado al coaching, alguien preguntó la diferencia entre coaching y psicología; en menos de 24 horas, había más de 800 comentarios y muchos de ellos llamaron mi atención, sobre todo aquellos cuyo objetivo era descalificar al coaching con algunos juicios sin fundamento o generalizaciones…

Mi propósito al escribir estas líneas no es comparar al coaching con otras profesiones y tampoco invalidar las posturas que leí en aquel post de Facebook. Respeto cada opinión y mi objetivo hoy es simplemente hablarte un poco acerca del coaching, desde mi perspectiva y desde lo que yo he aprendido. 

¿Qué es el coaching? ¿Es una disciplina? ¿Una profesión? ¿Una técnica? ¿Una práctica? ¿Una metodología? ¿Una herramienta? Yo diría que es todas las anteriores. Los coaches acompañamos a otros seres humanos en procesos de aprendizaje y transformación, la mayoría de las veces, con el propósito de lograr ciertas metas; generamos cambios de perspectiva y concientizamos acerca de los compromisos, las acciones, las conversaciones, las habilidades emocionales y pensamientos que llevan a los seres humanos a relacionarse de la manera en que lo están haciendo. Los coaches certificados contamos con ciertas distinciones que nos permiten acompañar a otras personas a reconfigurar su historia, ampliar su capacidad de acción presente y construir una nueva realidad que les funcione para lograr sus objetivos; lo hacemos por medio de una serie de conversaciones (proceso de coaching) y, generalmente, nos apoyamos en preguntas que le permitan descubrir por sí mismos nuevas posibilidades para su vida. En siguientes publicaciones te seguiremos compartiendo mucho más acerca de este tema, por ejemplo, lo que significa el coaching ontológico o lo que puede hacer un proceso de este tipo por ti.

Yo creo firmemente en los resultados extraordinarios que se pueden lograr con el coaching y lo digo desde dos perspectivas: la de un ser humano que ha aprendido y evolucionado a través de procesos de coaching; y la de un coach que ha acompañado a decenas de personas a conseguir sus objetivos a través del coaching. Quizá lo que ha hecho que algunos generalicen, juzguen o descalifiquen esta profesión es que, efectivamente, algunos coaches no cuentan con lo que requieren ciertos procesos de acompañamiento y, por eso, cuando alguien quiere formarse como coach, se vuelve tan relevante el saber identificar entre un programa profesional de formación en coaching y uno que no que no lo es. Algunas claves para identificar esto pueden ser: el prestigio de la empresa que ofrece el programa, los clientes que la respaldan, el camino que la empresa ha recorrido en el mundo del coaching y las credenciales y experiencia del equipo (mentores, facilitadores, directores, etc.).

Termino este escrito declarando (¡felizmente!) inaugurando este espacio para compartir contigo.

¡Hasta pronto!

Javier Allard de Landa

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