Hablar de coaching es hablar de resultados. Y para ello se atraviesa un camino -proceso- que lleva a la persona o a una organización completa a poner bajo la lupa las creencias, conversaciones, comportamientos e incluso paradigmas en su cultura, que sostienen espacios de inefectividad en procesos o relaciones. El coach es el puente, el que indaga, el que provoca, pero el cliente siempre tendrá el timón del barco.